miércoles, diciembre 22, 2010
jueves, diciembre 02, 2010
palabras preliminares de Ivonne Bordelois para Una Cama King Size Mentolada
No sé lo que les pasa a ustedes con estos poemas, pero a mí la escritura de Soledad me llega como una especie de tarjeta postal del cosmos, como dibujos de un chico arrojados al viento de una aurora boreal, desordenada y celeste. No estoy segura de entenderla, pero esa inseguridad no me irrita –es mas bien una invitación a esperarla, esperarla sin preguntas, dejando que sus palabras se deshojen y vayan cayendo formando círculos de un sentido lejano y extraño, pero lejanamente y extrañamente verdadero.
Creo que para captar este sentido hay que desentenderse de todo deseo de continuidad. Yo creo que la lectura aquí se vuelve como una especie de jazz, con quiebres diagonales y temas recurrentes tomados por diversos instrumentos, con variaciones a partir de ciertas imágenes sugerentes y obsesivas.
Por ejemplo, un espacio de niños donde “Lejos de cerrar las puertas tu madre da la llave a caperucita roja” y donde “A borbotones hierve la dicha en el dulce de leche”. Y también, como metáfora dominante, un bosque donde habitan pájaros, flores, caballos, peces, insectos, un bosque donde es necesario pedir permiso para entrar en “luminosas ofrendas”. Y luego hay que perderse y perder ciertas líneas para enhebrar otras, y vernos conducidos así a una “alegría silenciosa”, a una sonrisa que es como “una azalea antes de la lluvia”, a una dicha que es “un pomelo de gajos brillantes y amarillos”, “gajos frescos de un animal amado por un dios”.
Hay aquí algo así como un film en donde se repiten escenas y escenarios de sueño; hay una huída a través del agua, entre los altos pastos que “crecen cuando nadie los ve”; una huída incesante a través de la ciénaga; hay seres y objetos que brillan a veces amenazadoramente : “todo brilla reluciente de colmillos”. Brilla y es de noche/ Brilla y es de día/ Brilla y es de agua, dice Soledad.
No parece que ésta sea una huída donde se huya de algo, sino que se huye hacia alguien: alguien que acaba por ser invocado desde un erotismo que recuerda El Cantar de los Cantares:
"Huir como una estampida de búfalos
y de polvo y de sonido, rojos
como música que arde en el centro.
Y es invierno y arde bajo la lluvia
como las lenguas unidas en el beso.
Y eres alto como un árbol de ramas florecido,
y es invierno. "
"La noche llena de grillos canta a viva voz
nunca-nada-siempre,
emanaciones que son destellos "
"Que los besos alcancen vida propia
como rayos de sol que entran por la ventana,
besos de polvo celestiales. "
"Un colchón de crisantemos florece de repente
como un grito, despertándonos de la siesta. "
"El aire llueve y eres altísimo
tu sonrisa parece
una azalea en flor
antes de la lluvia."
. Lo hermoso, lo especial de este amor es que está acompañado de una fauna maravillosa:
"El caballo desbocado se lanza sobre el horizonte,
su crin roja está coronada por las piedras preciosas
de la tempestad"
"Aquel
es un pájaro de plumas enormes
que levanta vuelo y se va.
Vuela
sin saber cómo. "
Y lo que comienza como huida es finalmente una especie de epifanía primaveral donde el cuerpo se enlaza con la naturaleza en un aleluya de confianza, atravesado por preguntas abiertamente luminosas:
"el cuerpo es una canoa,
la mente una jungla . "
"mi cuerpo es un animal silencioso
bajo los rayos inclinados del dios-sol"
"la curva se acuesta verde
sobre la tarde
pliega sus alas de sombras movedizas
el perfume en el aire dice
¿qué cosas?"
"mi alma se alza ahora
entrelazada en la brisa
envuelta
un largo
collar de uvas arrastro
los pies descalzos
sobre las piedras coloridas
con hierbas
peces
arena
el susurro de los árboles
y de algún dios perdido
correr
zambullirse en los pastizales
del trigo sonoro
¿quién me habita? "
……………………
Creo que quien habita a Soledad es ese ser poderoso, “aquel que huye más adentro”,
según sus propias palabras. También Soledad nos dice:
"Huir es ser fuerte,
Enloquecer "
Me pregunto si esta locura no tiene un signo misterioso, acaso esperanzado:
"¿y si el fuego festivo de mi corazón
se elevara flamante
profundísimo? "
Locura, huída, esperanza en estos poemas sueltos, llenos de viento, donde también
habita la ternura:
"pequeño
lunar
junto a tu ombligo"
"las ramas brillan
entre los charcos azules
de la noche"
"camina un insecto sobre
mis pies bronceados
su dulzura silenciosa es
más pequeña aún
que las lágrimas"
Creo que la cama king size mentolada -tan aparentemente fashion y posmodernista- que nos ofrece Soledad en realidad es una antigua pradera fresca donde la infancia vuelve atravesada de deseo, un gran lecho infinito donde ella nos invita a retozar inocentemente como si fuésemos “pedazos de luna reflejada sobre el agua”. Bailemos entonces con ella agradeciéndole esta noche, esta menta, estos poemas.
Ivonne Bordelois
Creo que para captar este sentido hay que desentenderse de todo deseo de continuidad. Yo creo que la lectura aquí se vuelve como una especie de jazz, con quiebres diagonales y temas recurrentes tomados por diversos instrumentos, con variaciones a partir de ciertas imágenes sugerentes y obsesivas.
Por ejemplo, un espacio de niños donde “Lejos de cerrar las puertas tu madre da la llave a caperucita roja” y donde “A borbotones hierve la dicha en el dulce de leche”. Y también, como metáfora dominante, un bosque donde habitan pájaros, flores, caballos, peces, insectos, un bosque donde es necesario pedir permiso para entrar en “luminosas ofrendas”. Y luego hay que perderse y perder ciertas líneas para enhebrar otras, y vernos conducidos así a una “alegría silenciosa”, a una sonrisa que es como “una azalea antes de la lluvia”, a una dicha que es “un pomelo de gajos brillantes y amarillos”, “gajos frescos de un animal amado por un dios”.
Hay aquí algo así como un film en donde se repiten escenas y escenarios de sueño; hay una huída a través del agua, entre los altos pastos que “crecen cuando nadie los ve”; una huída incesante a través de la ciénaga; hay seres y objetos que brillan a veces amenazadoramente : “todo brilla reluciente de colmillos”. Brilla y es de noche/ Brilla y es de día/ Brilla y es de agua, dice Soledad.
No parece que ésta sea una huída donde se huya de algo, sino que se huye hacia alguien: alguien que acaba por ser invocado desde un erotismo que recuerda El Cantar de los Cantares:
"Huir como una estampida de búfalos
y de polvo y de sonido, rojos
como música que arde en el centro.
Y es invierno y arde bajo la lluvia
como las lenguas unidas en el beso.
Y eres alto como un árbol de ramas florecido,
y es invierno. "
"La noche llena de grillos canta a viva voz
nunca-nada-siempre,
emanaciones que son destellos "
"Que los besos alcancen vida propia
como rayos de sol que entran por la ventana,
besos de polvo celestiales. "
"Un colchón de crisantemos florece de repente
como un grito, despertándonos de la siesta. "
"El aire llueve y eres altísimo
tu sonrisa parece
una azalea en flor
antes de la lluvia."
. Lo hermoso, lo especial de este amor es que está acompañado de una fauna maravillosa:
"El caballo desbocado se lanza sobre el horizonte,
su crin roja está coronada por las piedras preciosas
de la tempestad"
"Aquel
es un pájaro de plumas enormes
que levanta vuelo y se va.
Vuela
sin saber cómo. "
Y lo que comienza como huida es finalmente una especie de epifanía primaveral donde el cuerpo se enlaza con la naturaleza en un aleluya de confianza, atravesado por preguntas abiertamente luminosas:
"el cuerpo es una canoa,
la mente una jungla . "
"mi cuerpo es un animal silencioso
bajo los rayos inclinados del dios-sol"
"la curva se acuesta verde
sobre la tarde
pliega sus alas de sombras movedizas
el perfume en el aire dice
¿qué cosas?"
"mi alma se alza ahora
entrelazada en la brisa
envuelta
un largo
collar de uvas arrastro
los pies descalzos
sobre las piedras coloridas
con hierbas
peces
arena
el susurro de los árboles
y de algún dios perdido
correr
zambullirse en los pastizales
del trigo sonoro
¿quién me habita? "
……………………
Creo que quien habita a Soledad es ese ser poderoso, “aquel que huye más adentro”,
según sus propias palabras. También Soledad nos dice:
"Huir es ser fuerte,
Enloquecer "
Me pregunto si esta locura no tiene un signo misterioso, acaso esperanzado:
"¿y si el fuego festivo de mi corazón
se elevara flamante
profundísimo? "
Locura, huída, esperanza en estos poemas sueltos, llenos de viento, donde también
habita la ternura:
"pequeño
lunar
junto a tu ombligo"
"las ramas brillan
entre los charcos azules
de la noche"
"camina un insecto sobre
mis pies bronceados
su dulzura silenciosa es
más pequeña aún
que las lágrimas"
Creo que la cama king size mentolada -tan aparentemente fashion y posmodernista- que nos ofrece Soledad en realidad es una antigua pradera fresca donde la infancia vuelve atravesada de deseo, un gran lecho infinito donde ella nos invita a retozar inocentemente como si fuésemos “pedazos de luna reflejada sobre el agua”. Bailemos entonces con ella agradeciéndole esta noche, esta menta, estos poemas.
Ivonne Bordelois
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