martes, enero 24, 2006


¿Cuánto tiempo podemos estar desnudas y abiertas sin sentir ninguna inquietud?
El miedo es parte de la entrega, es hermano de la confianza.
Me enamoré de el amor con que él me rodeó. De sus manos y su cuerpo.
Pero el amor no siempre es un hogar
Aunque no te toque yo siempre te beso, te beso, te beso, rozando el centro de tu alma con la mía que es fresca y simple como el helado de crema .

Todo me abruma con su inmensidad.
Tu mano suave se apoya sobre mi espalda y todo se llena, como nuestras bocas al besarnos.
Esta tierra es tan enorme y tiene viento, olores, y mariposas, el sol es fuerte y brillante.
Y yo te escucho llamarme y sonrío,
tus manos tibias me tocan trayéndome de vuelta a casa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo mas deseable es siempre lo mas doloroso. Hay condiciones y no hay garantias.