Canta un zorzal sobre alguna rama. Lenta y.
silenciosa cae una llovizna que recién comienza.
Un hombre que no conozco
duerme a mi lado, su pecho parece quieto,
Me acerco a su cuerpo rozando su aura y cierro los ojos.
entro en sus sueños:
sus dientes esconden el cáliz de un girasol.
Sonríe, su aura me envuelve adormeciéndome…
he aquí mi sueño.
Galopamos toda la tarde respirando el viento.
Los caballos agitados cabecean coronas de guirnaldas en una tormenta.
El sol se oculta. Naranja como un dios.
Yo acabo… sin despertarle siquiera